Cuando se piensa en la sostenibilidad y el consumo responsable, tres principios son fundamentales para ello y son las famosas 3Rs: Reducir, Reutilizar y Reciclar. Si bien la aplicación de estas tres prácticas es clave para la sostenibilidad ambiental, es necesario reconocer que no todas tienen el mismo impacto sobre la salud de nuestro planeta. Y es que el propósito mayor de nuestro consumo debe ser, en mayor medida, reducir la cantidad innecesaria del mismo. Asimismo, reutilizar tiene mayor prioridad sobre reciclar, evitando generar desechos al darles nuevas oportunidades a los objetos o materiales, aprovechando al máximo sus propiedades. Por último, cuando no es posible alargar la vida útil de los residuos, pasamos entonces al reciclaje, a través del cual, de ser posible, se extraen aquellos materiales con los que se pueden crear nuevos productos.
Para las compañías, es importante que, en la medida de nuestras posibilidades, busquemos respetar esa jerarquía, incluso por parte de aquellas dedicadas a la fabricación de productos de consumo. Tenemos la opción de buscar hacer un uso eficiente de los recursos, reduciendo la extracción de los mismos y la utilización de materias primas, buscando así optimizar la cantidad de materiales necesarios para nuestra operación. De igual forma, buscar reutilizar los productos y materiales a través de la recolección de los mismos tras haber sido usados por el consumidor demuestra un fuerte compromiso con la producción responsable.
Los envases retornables son aquellos diseñados para ser utilizados más de una vez: tras su uso, son recolectados y recuperados para ser limpiados y desinfectados correctamente y hacer un nuevo uso de ellos. Aunque su uso más frecuente es en la industria alimenticia y de bebidas, también pueden encontrarse en productos de consumo masivo como artículos de limpieza o productos farmacéuticos. A diferencia de los desechables, que se utilizan una sola vez y luego se descartan, los envases retornables están pensados para cumplir con el principio de la reutilización, lo que implica un proceso de reciclaje constante y eficiente.
La práctica retornable no es nueva; de hecho, a lo largo de la historia, este tipo de envases ha sido fundamental en la distribución de productos, especialmente en productos como las bebidas. Sin embargo, con el auge de los envases desechables en la segunda mitad del siglo XX, los envases retornables fueron perdiendo popularidad, en gran parte debido a la comodidad y bajos costos que ofrecían los envases de un solo uso por aquel entonces. No obstante, en los últimos años, ha habido un resurgimiento del interés por los envases retornables debido a su potencial para apoyar la sostenibilidad, reducir la generación de residuos y promover la economía circular.
En Coca-Cola FEMSA, buscamos mitigar el impacto ambiental de nuestras operaciones, liderando desde hace varios años estrategias que se alinean a un modelo más circular en el que reducimos el uso de materias primas y generamos menos residuos a través de envases retornables de PET y de vidrio. Los primeros pueden utilizarse aproximadamente hasta 15 veces y los de vidrio hasta 35 veces. Los envases de PET son 100% reciclables al finalizar su ciclo de vida, pudiendo convertirse en nuevas botellas.
Estos envases cumplen con rigurosos estándares internacionales de calidad y seguridad para ser reutilizados y rellenados con las diferentes bebidas de nuestro portafolio. De esta forma, llevamos a cabo un proceso estricto de lavado a temperatura y una inspección electrónica para asegurar la inocuidad del envase.
La economía circular es un modelo de producción y consumo que busca maximizar el valor de los productos y materiales, fomentando su reutilización, reparación, renovación y reciclaje. En lugar de seguir el tradicional modelo lineal de «extraer, producir, consumir y desechar», la economía circular promueve un ciclo cerrado en el que los recursos se mantienen en uso el mayor tiempo posible, extrayendo el máximo valor de ellos antes de que lleguen al final de su vida útil. Es así como los envases retornables juegan un papel crucial en este modelo, ya que contribuyen a cerrar el ciclo de vida de los productos.
Cuando un envase retornable se reutiliza múltiples veces, no es necesario producir nuevos envases cada vez, lo que reduce considerablemente la demanda de materias primas y la energía necesaria para fabricarlos. Este proceso no solo ahorra recursos naturales, sino que también disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas con la producción de envases nuevos. Además, la reutilización de envases ayuda a minimizar los residuos, uno de los principales problemas ambientales que enfrenta nuestro planeta.
Por otro lado, los envases retornables contribuyen también al desarrollo de nuevas soluciones logísticas que favorecen la economía circular, tales como la logística inversa -en la cual se gestiona la recolección de los productos o los materiales que los componen para poder ser reutilizados o recuperados y correctamente desechados-.
Por último, los envases retornables estimulan el comportamiento responsable y la participación activa de los consumidores en las prácticas de reutilización y reciclaje. Lo que hacen muchos tenderos de barrio en Colombia, por ejemplo, es implementar sistemas de depósito y devolución, donde los consumidores pagan un pequeño extra al adquirir el producto en un envase retornable y lo recuperan cuando lo devuelven.
El impacto ambiental de los envases desechables es una de las principales razones por las que los de tipo retornable han ganado importancia en las últimas décadas. Los envases retornables contribuyen a la reducción de la cantidad de plásticos y otros materiales desechables que terminan en los vertederos o el medio ambiente. Al ser reutilizados múltiples veces, los materiales retornables reducen considerablemente la cantidad de residuos generados y también disminuyen la necesidad de producir plásticos nuevos, lo que implica una menor demanda de recursos naturales y una menor contaminación asociada con la producción de plásticos.
Además, los envases retornables también generan un menor impacto en términos de energía. La producción de nuevos envases de plástico, vidrio o metal requiere una gran cantidad de energía y recursos, mientras que la reutilización de los envases ya existentes solo requiere un proceso de limpieza y desinfección, lo que implica un consumo de energía mucho menor.
En Coca-Cola FEMSA tenemos como prioridad la implementación de medidas que contribuyan a la protección del planeta en medio de nuestra operación. Sabemos muy bien que las organizaciones y las compañías tenemos un papel fundamental en la construcción de un futuro más verde. Es por ello que reconocemos la importancia de los envases retornables como una pieza clave en la transición hacia un modelo de economía circular que genere un impacto positivo en el uso de recursos y en la reducción de nuestra huella de carbono.
CTA: Conoce nuestro enfoque de sostenibilidad que da cuenta de nuestro compromiso con el planeta
Referencias:
https://coca-colafemsa.com/noticias/conoce-los-beneficios-de-la-botella-retornable/
https://coca-colafemsa.com/wp-content/uploads/2024/03/KOF-AR-2023-SPA.pdf
