Empoderamiento femenino: qué es y cuál es su importancia
El empoderamiento femenino es un concepto que ha cobrado bastante relevancia en las últimas décadas como parte de los esfuerzos globales por alcanzar la igualdad de género, siendo uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados por las Naciones Unidas (el ODS 5, más precisamente), el cual busca acabar con la brecha de género existente en nuestras sociedades para que toda niña, joven y mujer adulta goce de su libertad y de sus derechos teniendo asimismo acceso a oportunidades que fomenten su pleno desarrollo en los ámbitos sociales, económicos, culturales y políticos.
Debido a lo anterior, el empoderamiento femenino está ligado estrechamente con el concepto de feminismo. Si bien éste es un tema recurrente en discusiones sociales y es visto en ocasiones como una “tendencia” de las nuevas generaciones, lo cierto es que este término engloba una transformación profunda en la que uno de sus objetivos principales es garantizar que las mujeres puedan participar íntegramente de todos los aspectos de la vida en sociedad. En este artículo, exploraremos qué significa el empoderamiento femenino, cuál es su importancia y por qué es clave que las compañías y organizaciones lo tengan en cuenta como parte de su gestión corporativa.
¿Qué es el empoderamiento femenino?
El empoderamiento femenino se refiere al proceso mediante el cual las mujeres adquieren poder, control y capacidad de decisión sobre sus propias vidas. Este concepto implica eliminar barreras: estructurales, culturales y sociales, ya que ellas limitan las oportunidades de las mujeres y las relegan a posiciones subordinadas en comparación con los hombres. En otras palabras, el empoderamiento femenino busca garantizar que las mujeres tengan acceso equitativo a recursos como la educación, el empleo, la salud y la representación política.
Ahora bien, este no solo se enfoca en el ámbito individual, sino también en lo colectivo, ya que promueve la creación de redes de apoyo, la participación activa en movimientos sociales que busquen el bienestar de la mujer y el acceso a espacios donde las mujeres puedan alzar su voz. Esto incluye combatir la discriminación, la violencia de género y las conductas que perpetúan la desigualdad.
¿Qué aspectos se desarrollan al favorecer el empoderamiento femenino?
El proceso del empoderamiento femenino cubre varias dimensiones que abarcan diversos aspectos:
Empoderamiento económico: Una de las cuestiones más importantes para que una mujer se encuentre empoderada es que cuente con autonomía sobre su vida y sus decisiones, y esto se consigue enteramente a través de la autonomía económica, el no depender estrictamente de otra persona para sostenerse.
Así, esta dimensión busca que se dé la participación igualitaria de las mujeres en la economía, su acceso a empleos dignos y su capacidad para controlar recursos financieros. Según ONU Mujeres, el empoderamiento económico de las mujeres es esencial para reducir la pobreza y mejorar el desarrollo global.
Empoderamiento social: Implica que las mujeres tengan acceso a derechos fundamentales como la educación, la salud y la seguridad. Dentro de esta dimensión se vela también para que las mujeres puedan vivir libres de coerción o violencia para decidir sobre sus vidas y sus cuerpos.
Empoderamiento político: Busca aumentar la representación de las mujeres en roles de liderazgo, desde cargos públicos hasta posiciones ejecutivas en empresas y organizaciones. Esta dimensión es muy importante, ya que la participación política femenina contribuye, precisamente, a la creación de políticas más inclusivas y justas, puesto que una mujer entiende más fácilmente a través de sus propias experiencias de vida, las necesidades de las otras.
Empoderamiento personal: Se centra en que las mujeres desarrollen confianza en sí mismas, reconozcan su propio valor y puedan tomar decisiones autónomas en todos los aspectos de su vida.
¿Por qué es importante el empoderamiento femenino?
El empoderamiento femenino es esencial para construir sociedades más justas, equitativas y prósperas. Cuando las mujeres tienen acceso a educación, empleo digno y oportunidades de liderazgo, no solo mejoran sus vidas, sino que también contribuyen significativamente al desarrollo económico y social de sus comunidades. Según cálculos de McKinsey Global Institute, la igualdad de género en el empleo podría aumentar el PIB global en hasta un 26 % para 2025. Así, diversos estudios han demostrado que la participación activa de las mujeres en la fuerza laboral y en la toma de decisiones impulsa el crecimiento económico y fomenta políticas inclusivas que benefician a toda la población.
Además, el empoderamiento femenino ayuda a romper ciclos de desigualdad y violencia de género. Cuando las mujeres son conscientes de sus derechos y tienen acceso a recursos y herramientas que las respaldan para ejercerlos, se fortalecen en sus entornos personales y profesionales haciendo más probable que puedan romper con las dinámicas de violencia y abuso basadas en el género.
Lo anterior genera un efecto positivo en las generaciones futuras, ya que las niñas que crecen viendo a mujeres empoderadas tienen más probabilidades de aspirar a posiciones de liderazgo y de exigir igualdad de trato en sus propias vidas. Así, el empoderamiento no solo cambia la realidad de una mujer, sino que transforma comunidades enteras.
Finalmente, promover el empoderamiento femenino es una cuestión de derechos humanos y justicia social. Todas las personas, independientemente de su género, merecen tener las mismas oportunidades para desarrollarse plenamente. Este enfoque no solo fomenta el respeto y la igualdad, sino que también permite aprovechar al máximo el potencial humano, lo que resulta crucial para enfrentar desafíos globales como la pobreza y los conflictos sociales. El empoderamiento de las mujeres, por tanto, no es solo una necesidad individual, sino un pilar para un mundo más sostenible y equilibrado.
No obstante, a pesar de los avances significativos, aún persisten obstáculos que limitan el empoderamiento femenino en nuestras sociedades, tales como las brechas salariales entre hombres y mujeres, existentes incluso en países desarrollados. Asimismo, en muchas regiones de Colombia, especialmente en áreas rurales, las niñas tienen menos oportunidades de recibir educación de calidad, lo cual, claramente, limita las oportunidades de las mujeres a acceder a espacios de educación superior o de integrarse a dinámicas laborales dignas.
Las compañías jugamos un papel clave aquí, ya que al garantizar la igualdad de oportunidades y la representación de mujeres en todos los niveles, incluidas posiciones de liderazgo, tenemos la capacidad de fomentar una cultura laboral más inclusiva y colaborativa, al tiempo que tenemos el beneficio de contar con perspectivas variadas que enriquecen la toma de decisiones. Además, apoyar el desarrollo profesional de las mujeres mejora la reputación corporativa, siendo importante para las áreas de atención y retención de talento.
Estas acciones no solo generan un impacto social positivo, sino que también posicionan a las compañías como agentes de cambio en la construcción de una sociedad más equitativa.
Coca-Cola FEMSA y el empoderamiento femenino
En Coca-Cola FEMSA estamos alineados con los Principios para el Empoderamiento de la Mujer de las Naciones Unidas, por lo cual promovemos estas transformaciones a través de iniciativas que fomentan la igualdad de género y la inclusión en el entorno laboral. Así, implementamos programas de desarrollo profesional y liderazgo como el proyecto Emprendamos Juntas, diseñados para aumentar la representación de mujeres en roles estratégicos y de liderazgo, además de establecer políticas que garantizan la equidad salarial y oportunidades equitativas para todos nuestros colaboradores y colaboradoras.
Como compañía, también impulsamos proyectos comunitarios que apoyan a emprendedoras y lideresas locales, fortaleciendo nuestro impacto más allá de nuestra organización. Estas acciones reflejan el compromiso de Coca-Cola FEMSA con la sostenibilidad y el avance hacia una sociedad más inclusiva y diversa.
El empoderamiento femenino no es un objetivo exclusivo de las mujeres, sino una meta compartida que beneficia a toda la humanidad. Construir un mundo más equitativo es una responsabilidad colectiva, y el empoderamiento femenino es un pilar fundamental para lograrlo.